Los esgrafiados segovianos, encanjes de cal y arena

El esgrafiado, entendido como revestimiento mural pertenece a una familia de acabados decorativos conocida con el nombre de «revocos» o «revoques» , que participan de la característica común de utilizar para su confección una argamasa compuesta de un conglomerante (cal, cemento, yeso, barro, etc.), un relleno (arena, paja, ladrillo machacado, etc.) y agua.

Con estos tres elementos se confecciona una pasta o mortero con la cual se ocultan las fábricas de los edificios con el objeto de darles una apariencia más rica, ala vez que sirve de protección al propio muro.

esgrafiados
AUTOR/A: Rafael Ruiz Alonso

Aquellos revocos que utilizan la cal o el cemento como conglomerante son conocidos comúnmente en nuestra zona como «revocos a la catalana». Este subgrupo se compone de una ingente cantidad de acabados, dentro de los cuales el esgrafiado ocupa un papel destacado al participar en la confección de muchos de ellos. La realización de estos revocos cuenta normalmente con dos fases: la primera es el enfoscado o jarrado, una capa cuya misión es la de servir de soporte y regularizar la superficie del muro; es en realidad una preparación para la decoración ya que nunca va a quedar a la vista, puesto que sobre el enfoscado irá la segunda fase, la superficie decorativa, realizada en una o en varias capas sucesivas que reciben en conjunto el nombre de revoco, propiamente dicho.
En el caso del esgrafiado en Segovia el conglomerante suele ser cal, aunque modernamente se haya utilizado también el cemento o la mezcla de ambos (conocida como «mortero bastardo»); el relleno o material de armar es la arena, que además aporta el color (muy contadas veces es teñida con pigmentos minerales o con ceniza, que proporcionan al esgrafiado colores que no son los propios de la arena).

 

 

 

Los Esgrafiados Segovianos, Encajes de Cal y Arena

En contra de lo que muchas veces se ha pensado, el proceso técnico no siempre es el mismo, antes bien existen numerosas variantes, muchas de las cuales ni siquiera aparecen en nuestra demarcación, caso del «esgrafiado embutido o taraceado», del «esgrafiado de varias capas» (siempre que sean más de dos), de llamado «aerografiado», del «esgrafiado raspado» o de los que incluyen mezcla del esgrafiado propiamente dicho con otros revocos, caso de la familia de los «estucos labrados» (2). Aunque vamos a detenernos Únicamente en las técnicas que aparecen en nuestra Provincia, sí diremos que todas ellas tienen en común una fase en la que con cuchillas, raspadores, navajas, vaciadores, etc. se raspan -se «esgrafian»- unas zonas para descubrir otras ocultas bajo ellas, creando un contraste de texturas, colores y planos, recursos que se aprovechan para destacar un diseño decorativo.

Exceptuando los trabajos experimentales de distintos centros de enseñanza en los que se puede aprender esgrafiado (algunas Escuelas- Taller de la Capital y de la Provincia o la Escuela de Artes Aplicadas de Segovia) y algunas modernas realizaciones de algunos profesionales formados en ellos, podemos hablar de tres procesos distintos: el esgrafiado a un tendido, el esgrafiado a dos tendidos y el esgrafiado con acabado en cal.